I
En el caminar por senderos hermosos o escabrosos,
de aquellas calles, unas en subida, pero otras en bajada,
de esos caminos planos, pero otros muy rocosos,
vamos por ahí, pero sin pensar en hacer una acampada.
II
No pensamos o no nos detenemos, cuando los vientos nos llevan,
unos son muy suaves, pero hay otros que son tormentosos,
unos que bueno, te acarician, pero hay los que conllevan,
a momentos muy difíciles, pues son muy borrascosos.
III
Hay algunos que te acarician y por demás te consienten,
dejando en el alma y también en el entorno,
profunda sensación de paz y amor en el ambiente,
Y hasta te invitan a vivir, aún con todo y bochorno.
IV
Los que fuerte soplan, hasta golpean por todos lados,
a veces son violentos, que hasta hematomas te hacen,
dejando ahí las huellas de caminos por ti transitados,
que difícilmente borran, pero sí te trasnochan o amanecen.
V
De escuela te ha de servir, para continuar transitando,
por esos senderos del mundo, sin olvidar la lección,
más bien para que, paso a paso, cuando estés caminando,
con el CREADOR, de tu edificio interior, prosigas la construcción.